115 Capítulo Final 2/2

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-N-No es posible.

A Keren le inundaron una serie de emociones encontradas al ver a las personas que tenía frente a ella, justo en la apertura de la puerta de aquel Hotel de porquería.
-No me jodas-balbuceó Dylan con los ojos desorbitados. Volteó a verla y ella le devolvió la misma mirada de regocijo.
Ambos primos descendieron a toda prisa del vehículo y corrieron hacia ellos. Hacia su familia.
-¡Papás!-chilló Dylan, echándole los brazos encima a Austin y a Thomas, quiénes lo besaron con desesperación y lo envolvieron en un fuerte abrazo.
-¡Tíos!-titubeó Keren y se unió al abrazo.
-¡Dios mío! ¿Qué ha pasado? Tom saludó cordialmente a Black hace unas semanas y habíamos estado comunicandonos hasta que ayer recibimos un mensaje por parte suya, diciéndonos que todos ustedes estaban en peligro-dijo Austin con desdén y tanto él y Thomas verificaron a Dylan y a Keren por si no se hallaban bien.
-Y hemos venido de inmediato. Buscamos la ubicación de Kevin y nos trajo hasta aquí-añadió Thomas con el ceño fruncido. Se acomodó los lentes y volvió a abrazar a su hijo.
-Steve Blake ha asesinado al señor Trenton y justo ahora, en el edificio-informó Keren con incertidumbre-de seguro está haciendo de la suyas con los demás. Y debo ir a ayudarlos.

Thomas y Austin se voltearon a ver con rigidez.
-Tenemos que llamar a la policía-objetaron al unísono-y largarnos de aquí.
La pareja decidió que era buena idea sujetar a Keren y llevársela de ahí junto con su hijo, sin embargo, ella les regaló la peor de las miradas, como si su padre, Egon Peitz se hubiera materializado en su persona.
-Sólo llevense a Allen con mi tío Gabbe. Él está en el hospital-gruñó la chica, dispuesta a entrar nuevamente al hotel-Dylan los llevará-miró a Henry y le hizo un ademán para que se acercara-vamos.

Palpó el arma en su bolsillo y su hermano la agarró de la mano.
Ambos avanzaron hacia la entrada con el rostro ensombrecido, siendo conscientes del gran peligro al que estaban yendo.
-Tú no irás con ellos, Dylan-sentenció Thomas, histérico-hemos venido para llevarte a casa. Esto no nos concierne.

Dylan puso los ojos en blanco y con firmeza, sacó la pistola que tenía guardada en el interior de su pantalón.
-No voy a abandonarlos y más les vale no detenerme-inquirió, apuntandole a sus padres con el arma. Sus ojos celestes ardían de cólera.
-Baja eso. No sabes utilizarla-balbuceó Austin con las manos alzadas.
De pronto, varios disparos y gritos se hicieron audibles desde el interior. Y Dylan, aprovechando la distracción, aprovechó para entrar corriendo al edificio.

****

Keren apenas podía mantener la cordura, escuchando pasos a lo lejos y susurros macabros en cada rincón. Y si no hubiese estado acompañada de Henry, lo más probable era que hubiera perdido la cabeza.
Sus pisadas crujían sobre los fragmentos destrozados del techo del hotel y el olor fétido de agua de las tuberías de drenaje les provocaba náuseas.
-¿A dónde se habrán ido?-preguntó Henry en un murmuro-ya no se escuchan voces...

No obstante, numerosos disparos les congeló el alma y la sangre.
-¡Por aquí!-vociferó Keren, moviéndose en la oscuridad, guiándose por el eco de los disparos.
Corrieron a ciegas por los pasillos y de pronto, ella sintió un fuerte dolor agudo en la cara, la cual la hizo caer de espaldas al suelo, soltando el arma de sus manos.
Luego escuchó el gemido de Henry detrás de ella y sonidos de golpes y forcejeos.
Trató inútilmente de incorporarse para ayudarlo pero unas manos fuertes y rudas la empujaron otra vez al suelo.
-¡Imbécil!-gritó y se le fue encima sin saber en dónde estaba.
Comenzó a darle de golpes y patadas, pero su atacante se los regresó con mayor intensidad.
-¡Muévete!-le oyó gritar a Henry y acto seguido, un disparo cortó el aire, muy cerca de ella.
Keren sintió como el cuerpo de su opresor se derrumbaba a unos pasos de su espalda y jadeó.
-¿Keren, estás bien?-le preguntó él. Se acercó a su hermana y la agarró de los hombros-casi te disparo. ¿Por qué no te moviste?
-Pensé que no me hablabas a mí. ¿Cómo pudiste dispararle? No hay luz. Es imposible.
-Algo tenía que aprender de las peleas clandestinas-contestó. Y ella percibió su sonrisa a pesar de no poder verlo.
-¿Cómo mataste al otro sujeto?-comenzaron a caminar y él le entregó su arma-gracias.
-Huyó.
Ella se detuvo.
-¿Qué? ¿Por qué no lo mataste?
-Creo que no querían matarnos, sino apresarnos.
-¿Y eso qué?-increpó, molesta-¡Hubiera sido uno menos con quién pelear más adelante!

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora