Capítulo 37; Ouroborus

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Lockhard subió a la mesa de duelos y lo presento no sin antes hacer hazto de presencia de su querída hermosura.

Expediarmus-dijo claro su marido.

Salió volando y se rió levemente. Miro a Severus que le dedicó una leve sonrisa que nadie noto.

A sido muy útil ensenarles eso Severus. Aunque e de reconocer que lo hubiera parado si no les sirviera de nada-dijo Lockhard quitándose los guantes mientras Ninfadora subía con ayuda de Severus a la mesa de duelos. Quizás hubiese sido útil hacerlo. Aún que se le dan mejor otra cosas como quitarme pociónes de fiebre para dárselas a mi esposa-dijo Severus mientras ella caminaba por la mesa de duelos.

Lockhard trago saliva-hablemos esto en privado Arthur debe estar por colocar el comedor de nuevo.

Severus levantó una ceja y bajo de la mesa de duelos. Luego la cogió a ella de la cintura ayudándola a bajar.

Ninfadora se quitó las mayas negras y se puso el pijama no le apetecía comer nada.

Severus se sentó en la cama y la miro. Era demasiado bella y demasiado delicada. Que podía hacer por mantenerla a su lado dándole calor y amor cuando la necesitaba.

Los vaqueros muggles y la camisa la hacían ver muy sexy pero él la veía como siempre. Cómo su amiga y quizás su amante.

Removía las pociones mientras se ataba el pelo en una coleta. Hola-dijo a sus espaldas asustando la.

Severus la rodeo y removió la poción ella sonrió débilmente. Severus no me encuentro bien el olor de la poción me empieza a marear mucho. Quieres que te lleve a la habitación-pregunto Severus cerca de su oído.

Ella asintió y la cogió en brazos llevándola a la puerta de al lado.

La tumbo en la cama y le acarició las mejillas. Te cuidare, tomate está poción si-dijo Severus sacando un frasquito y haciendo que la tragará. Ninfadora cerro los ojos acomodándose en la cama y sonriendo.

Severus acarició su pelo y le dio un beso en los labios. Salió y apago todos los calderos. Ya estaban listas, y se las llevaría a Pomfery.

Cuando regresó estaba en el aula tomando un té. Se veía muy pálida, más de lo que estaba él habitualmente.

No deberías de haberte levantado-dijo él acercándose lentamente. Me desperté hace poco.

Lucius sabes dónde está mi vestido-pregunto Narcissa en bata.

Cómo te atreves asqueroso elfo ahora sabrás que no debes desobedecer a tus amor-dijo Lucius sacando su varita y apuntando lo. Lucius no-grito Narcissa poniéndose en frente. Lucius la miro desafiante y se marcho.

No te atrevas a volver a interponer te en mis asuntos-dijo Lucius pegándole una bofetada a su esposa. Narcissa lo miro con los ojos acuosos y se metió en la cama. Lo siento Cissy... No pretendía hacerlo-dijo Lucius abrazándola. Narcissa se abrazó a él y lloro en su hombro. Lo siento mucho cariño-dijo Lucius limpiándole las lágrimas.

Sev, piensas que todo esto no servirá de nada para cuando el regrese-dijo mirándolo tristemente. No lo sé pero servir servirá de algo-dijo Severus escondiendo un mechón de pelo detrás de su oreja y besando su frente.

A la mañana siguiente todos miraban a Potter mal otro alumno más había sido petrificado.

Ninfadora sintió que algo no iba bien, su corazón se lo decía. Cuando Severus marchó del castillo esa mañana para un asunto que no quería contarle sintió que algo iba mal. Minerva le mando una lechuza hola citaba en la enfermería.

Cuando llegó vio a Hermione petrificada cosa que hizo que soltara su anillo de casada y lo dejara olvidado en el suelo junto con la carta de Minerva. Acarició el pelo de su pequeña princesa y lloro durante toda la tarde metida en la enfermería. Minerva había permanecido allí con ella hasta una hora antes de volver a las madmorras.

Se había olvidado de coger el anillo y cuando se dio cuenta dos toques en la puerta la obligaron a abrir.

Colin que haces...-dijo antes de ver que traía su anillo y la carta. Que hago aquí, traerte esto se te callo cuando fuistes a ver a tu querida hija-dijo sonriéndole falsamente. Colin dámelo porfavor-pidio extendiendo la mano.

Toma tu asqueroso anillo tía pero me quedaré con la carta como prueba de que esa asquerosa sangre sucia es tu hija-dijo guardando la en su capa

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Toma tu asqueroso anillo tía pero me quedaré con la carta como prueba de que esa asquerosa sangre sucia es tu hija-dijo guardando la en su capa.

Ninfadora cogió el anillo al vuelo y se lo coloco de nuevo, había sido muy tonta al habérselo quitado durante su nerviosismo.

Me voy ya dale saludos a Snape de mi parte-dijo con asco metiéndose a la chimenea.

Ninfadora se sentó en la cama y se tapó la cara con las manos. Su anillo era precioso y era un ouroborus, le mantenía en todo momento cerca de Severus si los dos lo llevaban puesto. Severus en cambio lo llevaba de oro sin ningún toqué.

Las llamas le hicieron limpiarse las lágrimas y tirarse a sus brazos desesperadamente. Severus la abrazo con cariño pero se separó para que se calmara.

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