Después del trabajo pasa a la joyería.
Reunir esa cantidad le tomó meses de camuflada tacañería. Siendo tan perspicaz, era difícil engañarla.
Yendo a la casa sonríe al recordar cuando fingió estar enfermo para no ir al concierto y ahorrar la entrada, la cena y los tragos after hour. Luego, el cumpleaños aquel al que se negó contribuir. Ahora le causa gracia recordar cuando se negó rotundamente a la celebración del veinticinco aniversario de bodas de sus padres.
Pero todo se aclararía en la cena de esta noche.
Está esperándola cuando recibe un mensaje: Lo siento, he regresado con Pepe.