Sentada en el porche de la casa que estoy dejando hago el recuento de mi vida en ella.
Fue hace algunas décadas y amor a primera vista.
Estábamos buscando nuestro futuro hogar cuando la vimos como fruta que brilla única entre tantas.
Inmediatamente contactamos al vendedor que accedió a esperar nuestros trámites bancarios.
Fue nuestro nido de amor.
Dónde nacieron y crecieron nuestros hijos.
Maduraron, partieron y formaron sus propias familias.
Hoy ese nido está vacío.
El amor también se fue.
No sé en qué momento ni cuál fue la razón.
Mis lágrimas caen por el tiempo que ya pasó.