Con este atardecer olvido qué hago a las puertas de Santa Sofía.
Los olores, sonidos y colores me transportan a la Constantinopla de mis clases de historia.
Mi presencia aquí es por trabajo, pero... alguien toca mi hombro.
Un chiquillo con ojos oscuros me hace señas para que le siga.
Seguirlo a ciegas es absurdo, pero...
Me entra por una puerta secundaria.
El interior me sobrecoge.
Estoy como los demás con la boca abierta.
La gente a mi alrededor me hace corro.
Al volverme veo a mi novio hincado con un anillo que resplandece como su sonrisa y el atardecer.