El espejo opina que hay que cortar mis greñas y rasurarme. Siento tristeza.
Cambiar por tacuche y corbata los jeans y playera. No me convence.
Mis tiesos all stars por unos mocasines... no podré caminar, pienso.
Mi inseparable mochila por un ataché. Diantres!
No soporto esa imagen.
De recepción paso al auditorio.
Frente a la audiencia, aclaro mi voz y, como si fueran niños de ocho años, les explico cómo la nanotecnología resolverá los problemas de agua del país y les dará la reelección para un segundo mandato.
Todos aplauden.
Nadie se fija en mis greñas, jeans, tenis y mochila.