Toda la semana había ido exitosamente. Su jefe le felicitó por las presentaciones que habían logrado ganar tres clientes de los grandes. Su esposa lo recibió con la noticia de que estaban embarazados de su primer hijo. Por eso, cuando el vendedor de billetes le ofreció un cachito, se compró el entero.
Vio en el diario el número idéntico al suyo y gritó eufórico. Temblando llamó a su mujer para que lo comprobara.
Sí, efectivamente, era el mismo número... hasta que vieron la nota: DÍA DE LOS INOCENTES.
El diario aclaraba que la lista oficial la publicaría al día siguiente