P l u m a

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El grabado era una fecha y unas iniciales que no me sonaban de nada.
Era una Parker 51, de color corinto, con tapa plateada.
Cuando quise probarla no escribió. La abrí y comprobé que el cartucho estaba vacío.
Al sacarlo extraje un trozo de papel con un número de teléfono ¡eran solo cinco dígitos!
Llamé a la operadora y ella me dio el número actual que correspondía al que había encontrado.
Emocionada, lo marqué.
Una mujer me contestó. Su voz de barítono temblaba pero sonaba jovial.
Me presenté y esperé.
"Mari, ¿eres tú?", me dijo.
¿Mamá?, dije atónita.

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