El MoLINo

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Pasaron el molino desviándose a la izquierda. Lo vi a través de la venda sobre mis ojos. Iba maniatada.
Escuchaba las risotadas del conductor y su compañero, hablando en susurros.
El olor de sus ropas a alcohol y tabaco me provocaban arcadas.
De nuevo tomaron hacia el molino. Cuando se detuvieron frente a él, empecé a temblar de miedo.
Me introdujeron cargada a una sala oscura.
Cuando me quitaron la venda encendieron las luces y escuché: Sorpresa!
Aún temblando y con lágrimas  reconocí a mis compañeros de la universidad y el gran letrero de Feliz Cumpleaños.

Lo reconozco, quise matarlos.

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