Eva era una chica extremadamente tímida. Se sentaba en la última fila de la clase queriendo pasar desapercibida.
Su amiga María le agarraba la mano para animarla a participar, pero Eva era incapaz de articular nada.
Joaquín solo la miraba y su sonrisa le transmitía fuerza.
El profesor exigía la participación de todos sin miramientos.
Entonces, cuando le pide a Eva que explique la frase: "Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya" de El Principito, Eva, ruborizada, solo pudo balbucear: Sí. Joaquín y María son mis estrellas