11:59
De un empellón me subo al tren jadeante. Me siento junto a una señora que va leyendo. Doy un gran suspiro de alivio. Ni coco me pone. Ya tranquilo, comienzo a registrar la mochila que agarré de la mesa junto a mí. Dentro encuentro un PC. Qué bien. Hoy es mi día. La señora me mira seria. Yo le sonrío nervioso. Sospecha algo. La mochila es rosada con un pony colgando del asa. Pongo la mochila entre mis piernas y cierro los ojos.
Me bajo en la siguiente parada. Un hombre toma mi codo y murmura: queda detenido.