Su dedo va rozando los libros arrimados en la estantería.
Hay un letrero de una mujer con el dedo indice en los labios.
Todos los niños saben que no deben hablar dentro del recinto, pero siempre flota un suave cuchicheo de emoción o sorpresa entre los pasillos.
De repente sale la niña corriendo hacia la bibliotecaria.
Lleva la mano tapándose la boca. Una niña obediente, piensa ella.
Pero en cuanto la tiene enfrente ésta lanza un grito descomunal.
Encontró un ratón leyendo sobre un libro.
"¿Cuál libro?", pregunta la bibliotecaria.
"Qué quieren ser los ratones de Grandes", responde la niña.