La Escritora

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Cuando la afamada escritora abre su valioso secreter, frente a su laptop Apple, con un Cabernet Franco, la  mont-blanc sobre su Moleskine que no usa pero que están a la altura de su prestigio, mira a través de la ventana abierta al espléndido jardín japonés, se pregunta qué demonios va a escribir ahora que su protagonista ha muerto.
Después de finalizar la saga de Titus Lampe, harta un poco demasiado de complacer al público, sabe que es tiempo de escribir para ella.
Entonces decide escribir el diario de una escritora.
Pero antes de terminarlo, muere de aburrimiento.

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