141. Kol Mikaelson

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Ibas a sorprender a tu novio Kol, habías estado muy ocupada durante la semana tratando de descifrar algunos hechizos en Mystic Falls, se suponía que ibas a regresar mañana, pero terminaste antes para poder llegar a New Orleans y ahí estabas.

Caminaste hasta la habitación de Kol y notaste que la puerta estaba semiabierta, eso era extraño, solamente esperabas que estuviera allí.

-Por favor, dime que no vine aquí para nada- Susurrabas mientras te acercaste a mirar por lo que se veía de la habitación.

Pero lo que viste te impacto, Kol no estaba solo, estaba con Davina, no la conocías mucho pero sabías perfectamente que era la ex de Kol, generalmente no te hubiese molestado que estuvieran juntos ya que sabías que ella aún se relacionaba con los Mikaelson. Sin embargo, estaban cerca, demasiado cerca para ser una junta casual.

Querías salir de ahí, pero no podías evitar mirar, sentías que por tu relación con Kol, tenías que realmente entender que estaba ocurriendo

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Querías salir de ahí, pero no podías evitar mirar, sentías que por tu relación con Kol, tenías que realmente entender que estaba ocurriendo.

-No, no, Davina, no puedo hacer esto, lo sabes- Dice el quitando los brazos de ella de su cuello y sentiste alegría frente a eso.

-¿Por qué no?- Pregunta ella con un tono que mostraba molestia.

-Porque tú y yo no estamos juntos hace tiempo, y yo estoy...

-Con ______- Ella termina la frase.

-Si- Dice el.

Ya te sentías mejor, pero de todas maneras no te gustaba que Davina estuviera detrás de Kol, hubo un silencio entre ellos, ibas a intervenir pero justo la chica habló.

-Pero ella no está aquí.

-Eso no cambia las cosas- Dice Kol.

-¿No?- La chica tiene una mirada seductora y pone su mano en el pecho de Kol, justo donde su camisa está abierta y lo acaricia.

-Davina...- Era como si Kol le pidiera algo.

-Yo no diré nada- Ríe ella.

Antes de que Kol pueda decir algo más ella lo tira del cuello de su camisa y lo besa, quedaste petrificada en el lugar y notaste que se te rompió el corazón cuando Kol puso sus manos en la cintura de ella.

-Noooo- Decías muy bajo, pero con lágrimas corriendo por tus mejillas.

Sentiste una rabia consumiendote por dentro, no podías seguir viendo la escena. Sentías como la magia estaba apoderandose de tu cuerpo con rabia. Rápidamente lanzaste un hechizo que crearía una bola de luz que sonaría con mucha fuerza y la lanzaste justo donde ellos estaban.

Lanzaste la bola y ellos se separaron al instante, Kol se había cubierto el rostro y empezó a mirar para saber que había ocurrido realmente.

De pronto Kol cruza miradas contigo, trataste de contener las lágrimas en ese momento, pero probablemente ya tenías los ojos rojos e irritados

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De pronto Kol cruza miradas contigo, trataste de contener las lágrimas en ese momento, pero probablemente ya tenías los ojos rojos e irritados.

-_______- Susurra el tu nombre, solo lo miraste un segundo más y saliste corriendo de ahí.

Escuchabas como Kol pronunciaba tu nombre mientras te seguía, pero tenías muy claro que necesitabas salir de ahí, dejaste la casa y corriste, no miraste atrás hasta que llegaste a un callejón y te apegaste a la pared, ya no escuchabas pasos tras de ti, esperabas haberlo perdido.

-Hey- Escuchas decir y notas que de la nada Kol esta parado frente a ti.

-¡No!- Le gritaste y empezaste a caminar  lejos pero el sostiene tu muñeca y te voltea hacia el, pero te resistias a su agarre.

-_______, tienes que escucharme- Seguías resistiéndote a su agarre- Ella me besó.

En ese momento dejaste de resistirte y lo miraste para luego pegarle una cachetada, que hizo que el volteara el rostro.

-Ella lo podrá haber iniciado, pero te vi, te vi- Le gritabas entre lágrimas que no le querías dar- La sostuviste entre tus brazos, la acercaste a ti, tú también la besaste y quién sabe que hubiese pasado si yo no los hubiese separado.

-No hubiese pasado nada- Asegura el.

-¿No? Eres un mentiroso, tuve suerte de no haberlos encontrado en la cama, nuestra cama- Dices sintiendo como te quemaban las palabras.

-Yo nunca te engañaria, eres lo más preciado que tengo.

-Ya lo hiciste Kol, ya ocurrió y si yo soy lo más preciado que tienes, entonces no me debes apreciar mucho- No te importaba ser dura con el.

-No digas eso, sabes que no es así.

-Honestamente Kol, ya no sé nada, antes de hoy creía que todo estaba bien, que éramos felices, pero si así de fácil fue para Davina llegar a ti, entonces no queda mucho que decir de nuestra relación ¿o si?

-No tengo nada con ella.

-No puedo creerte Kol, según yo sé quizás no es la primera vez que eso pasa.

-No, no, jamás ha pasado nada con ella, yo estoy contigo- Kol trata de tomar tú cintura pero alejas sus manos rápidamente.

-No parecías recordarlo- Aún estabas muy molesta y se lo demostrabas.

-Sé que cometí un grave error y no sabes cuanto me arrepiento, pero podemos superar esto, no veré más a Davina si eso es lo que quieres, podemos dejar esta maldita ciudad de ser necesario- Sabías que Kol estaba dispuesto a hacer todo lo que decía por la forma en la que te miraba, estaba muy preocupado, sabía que esa conversación era decisiva para su relación.

Te quedaste en silencio unos segundos y Kol respetó eso, tenías muchos sentimientos en ese momento, realmente amabas al chico que tenías delante de ti, pero no podías dejar de reproducir en tu mente la imagen que viste.

-No, no vamos a hacer nada- Es lo único que pudiste decir en el momento y empezaste a caminar lejos.

-¡Tenemos que hablar de esto, por nosotros!- Grita el para que pudieras escucharlo.

Frenarse en seco y te caminaste hasta donde el estaba rápidamente, dejando espacio entre los dos.

-Se acabó Kol, tú y yo, se acabó, no quise decirlo así antes, pero parece que no lo dejé claro, no quiero verte más, porque lo único que veo es a ti besándola a ell....a- Te costo decir eso, el se acerca unos pasos hacia ti.

-No te dejaré ir- Dice el y las lágrimas se hacían notar aún más en tu rostro.

-Que bueno entonces que no necesito tu permiso para dejarte- Le dices y empiezas a caminar rápidamente

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-Que bueno entonces que no necesito tu permiso para dejarte- Le dices y empiezas a caminar rápidamente.

Sabías que habías hecho lo correcto porque jamás podrías perdonar a Kol o verlo de la misma manera. Sin embargo, a cada paso que dabas sentías que te derrumbabas más y más.

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