XI

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Tu cuerpo sobre la playa

parece una invitación,

no me canso de mirarlo

a la luz de un fuerte sol.

El callejón de tu carne

donde vuelvo con tesón,

me trae tantos recuerdos

de un tiempo que se marchó.

¿Cuántas noches volveré,

como contumaz ladrón,

a perseguir el placer

en tus pliegues de algodón?.

Vengo de la eternidad

de un pasado sin amor,

de un ayer sin tu presencia,

de ausencias del corazón.

Te miro como se mira

un creciente resplandor,

me elevas sobre mi mismo

hacia un mundo que es mejor.

Dame el mundo de tus besos,

llévame hasta tu rincón,

si no puedo ser de ti

será la desolación,

sólo en ti me siento yo,

sólo tú, mi salvación.

Versos de otros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora