Me acerqué hasta tu rincón,
y por la tercera copa,
ya éramos viejos amigos
que se quitaban la ropa.
Como dos gatos siameses
nuestras fugitivas sombras
se adueñaron de tu casa
en aquella fugaz hora.
Me gustaría quererte,
no soñar jamás con otra,
pero, amor, tú ya lo sabes,
conmigo no valen sogas,
yo necesito sentir
la pasión que se desboca,
y los dos sabemos bien
que el amor no es una roca,
es dúctil y maleable,
y hasta el sabor de tu boca
se me figura distinto
cuando la rutina asoma.
¿Qué le haremos, amor mío,
si amo sitios donde mora,
como único soberano,
un capricho de deshora?,
yo no te prometo nada,
que el tiempo todo lo borra.
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Versos de otros tiempos
PoetryEstos poemas nacieron durante mi estancia en Madrid de unos siete años, por motivos de trabajo, tratan de cosas que pasaron, de otras que pudieron pasar y de algunas que imaginé.