CLXIII

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Sé que nunca volverán

aquellas tardes de abril,

esa dulce primavera

en la que te conocí.

Sólo se siente una vez

del modo que yo sentí,

y es que tan sólo una vez

se nos permite vivir,

se fue con mi juventud

esa ingenuidad fútil,

y queda tan poco ya

de aquel muchacho que fui.

Al mirar el calendario

ya nada me habla de ti,

de aquel tiempo que se fue

con una mañana gris.

Yo que te prometí un mundo

en un tiempo por venir

hoy por vez primera dudo

al ver que nada es así,

han pasado tantas lunas,

tratando de descubrir,

por qué se muere el amor

cuando estás lejos de mí,

mientras se pasan los días

y uno se deja morir.

Versos de otros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora