Sonaba música lenta
en el bar donde nos vimos,
tu mirabas hacia mí,
yo te quitaba el vestido.
Hubiera jurado ver
tu cuerpo como un suspiro,
tus caderas apretadas
me enseñaban el camino,
y tu pecho alborotado
se tornaba fugitivo.
Entonces entré en tu mundo
con dos palabras de alivio,
bailamos toda la noche
ritmos extraños, divinos
y con las luces del alba
tú me mostraste el camino.
Una habitación humilde,
una cama sin caprichos,
el lugar donde logré
sucumbir a tus hechizos.
Menos tus besos y abrazos
todo el mundo se ha dormido,
en este frágil momento
que en mi memoria pervivo,
yo no me quiero marchar
pero mi tiempo ha cumplido.
ESTÁS LEYENDO
Versos de otros tiempos
PoetryEstos poemas nacieron durante mi estancia en Madrid de unos siete años, por motivos de trabajo, tratan de cosas que pasaron, de otras que pudieron pasar y de algunas que imaginé.