Miro desde la ventana
como se marcha la tarde,
poco a poco cede el sol
y me da por recordarte,
se me dibujan tus ojos
claros como dos diamantes,
e imagino nuestros cuerpos
fundidos en ansia amante.
No sé si será el otoño
con sus despobladas calles,
o sólo te echo de menos
sin entrar en más detalles.
Se me hace raro pensar
que no tocaré tu talle,
que no veré tu sonrisa
alegrando mi semblante.
Al cabo somos pedazos
arrastrados por el aire,
sabemos donde nacemos
pero en cambio, sabe nadie,
donde pararán sus huesos,
con este dale que dale.
Ya sé que ya no te quiero,
pero mi corazón sabe
que cuando llegue la noche
volverás por esos lares.
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Versos de otros tiempos
PoesíaEstos poemas nacieron durante mi estancia en Madrid de unos siete años, por motivos de trabajo, tratan de cosas que pasaron, de otras que pudieron pasar y de algunas que imaginé.