CXXXIX

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Tus ojos son dos faroles

en la noche silenciosa,

en sus dos luces me pierdo

y el universo se borra.

¿Quién pudiera descubrir

los secretos que se asoman

detrás de tus claridades,

por encima de tus sombras?.

Hoy te miro sonreír,

agitar leve tu boca,

y pienso lo que daría

por besar tu boca roja,

por penetrar en tus sueños,

por vivir todas tus horas.

¡Quién rompiera la distancia

que pesa como una losa,

quién me abriera las dos puertas

donde tu cuerpo reposa!.

Sólo somos leves hojas

que a su antojo el viento posa,

somos un tiempo finito

como toda cosa hermosa,

hemos nacido los dos

como capullos de rosa,

se pasará nuestro tiempo

y con él promesa rotas.

Versos de otros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora