XCVI

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Fue un día de primavera,

uno de esos días raros,

el cielo azul y con nubes

me habló de tiempos pasados.

Entonces te vi, melena

rubia y ojos azulados,

con esa camisa blanca

con la que tanto he soñado,

y esa faldita azul

de las niñas de internado.

Entonces me preguntaste,

y el acento ya lejano

del francés de mi niñez

se me dibujó en tus labios.

Comenzamos a charlar,

y me sentí transportado,

hacia lugares remotos,

paraísos ya olvidados.

Sólo pensaba en besarte,

en estrecharte a mi lado,

pero no era aquel el día

de la pasión y el pecado.

Y te marchaste sin más

con rumbo hacia otros brazos,

y en mi cabeza la duda

del beso que no te he dado.

Versos de otros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora