Una vieja melodía
resuena en el viejo bar,
me lleva a sitios lejanos,
a tu remoto lugar.
Yo era el chico despistado,
tú la sirena del mar,
estábamos destinados
casi antes de comenzar.
Mirarte fue enamorarse
en medio del huracán,
y cuando sentí tus labios
supe al fin lo que era amar.
Gastamos los tiernos días
en tu costero arrabal,
haciendo planes que nunca
llegaron a culminar.
"Te escribiré", me decías,
pero el destino fatal
volvió amarillas tus cartas
en algún viejo diván.
Aunque no sé que me pasa,
en tardes que se me van,
que al escuchar tu canción
siento lágrimas brotar,
y le echo la culpa al viento
por no pararme a pensar.
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Versos de otros tiempos
PoetryEstos poemas nacieron durante mi estancia en Madrid de unos siete años, por motivos de trabajo, tratan de cosas que pasaron, de otras que pudieron pasar y de algunas que imaginé.