XLVIII

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Como una promesa vana,

como un viento pasajero,

así vuelven hacia mí

en la noche tus recuerdos.

Olor a helado de fresa,

tabaco rubio en los besos,

y aquella eterna sonrisa

marcada por dos hoyuelos.

Me basta cerrar los ojos,

y en un instante te tengo,

estás como eras entonces,

lo más parecido al cielo.

Se me vienen tus palabras,

se me vienen de tan lejos,

ese flujo de tu boca,

ese querer de tu acento.

¿Recuerdas nuestra ruptura?,

¿cuánto tiempo hace de aquello,

años, meses o semanas,

sin acariciar tu pelo,

sin susurrarte al oído,

sin repetirte te quiero?.

Ya sé que no debería

contarte lo que te cuento,

pero, ¿quién puede parar

la llama del sentimiento?.


Versos de otros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora