Desde esta misma ventana
te vi por primera vez,
eras una dulce niña
que se negaba a crecer.
Calcetines y coletas,
como toda niña bien
estudiabas con las monjas,
ibas para gran mujer.
Yo te veía jugar
en la calle de Javier,
y sentía una emoción,
una angustia, un no sé qué.
Un día, sin previo aviso,
fuiste para no volver
hacia un nuevo vecindario,
y ya no te volví a ver.
Nunca te pude decir,
las palabras que guardé,
las ilusiones que tuve,
las veces que te soñé.
Dulce niña que te fuiste
en un gris atardecer,
me dejaste tu recuerdo,
te llevaste mi niñez.
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Versos de otros tiempos
PoetryEstos poemas nacieron durante mi estancia en Madrid de unos siete años, por motivos de trabajo, tratan de cosas que pasaron, de otras que pudieron pasar y de algunas que imaginé.