Sólo unas pocas palabras,
sólo unas pocas caricias
y sin embargo parece
que sin ellas me moría.
Me he acostumbrado a ti,
a tus noches y tus días,
a tu presencia cercana
como eterna melodía.
Tu mano sobre mis hombros,
cerrando viejas heridas,
mientras tus dos ojos claros
como dos estrellas brillan.
Ya no necesito más,
tu presencia es mi alegría,
¿cómo he podido vivir
cuando no te conocía?,
trato de encontrar respuestas
pero ninguna tenía.
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Versos de otros tiempos
PoesíaEstos poemas nacieron durante mi estancia en Madrid de unos siete años, por motivos de trabajo, tratan de cosas que pasaron, de otras que pudieron pasar y de algunas que imaginé.