CLXXI

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Su rostro hablaba de un tiempo

que ya quedaba lejano,

en la barra de aquel bar

nos contaba que la amaron,

nos habló de aquellos hombres

que su soledad poblaron,

los amores de una vida

que recordaba el pasado,

un pasado que quedaba

hace demasiados años,

pensar que pudo brotar,

de esos ojos apagados,

la llama de la pasión,

el deseo desatado.

Cuando miraba su frente,

con su rictus de fracaso,

poblado de mil arrugas

que delataban el paso

de las penas y alegrías,

de sus risas y sus llantos.

Y al hablar nos sonreía

mostrándonos sus pedazos,

en la noche madrileña

bosquejaba su retrato

en un tiempo que se fue,

fugitivo, de sus manos.

Versos de otros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora