CLXXXIII

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Esta noche solitaria

de nuevo sueño contigo,

con tu cabello en mis dedos

y tu aliento en mis oídos.

Yo poblaba en tus rincones,

de tu cabeza a tu ombligo,

y por otras latitudes

cuyo nombre no te digo.

Tú ya sabes como soy,

un velero fugitivo,

pero al atracar en ti

me olvidé de los caminos.

En tus brazos aprendí

que significa cariño,

esa pequeña palabra

que tiene tanto sentido.

¡Cuántas veces he marcado

tu teléfono bendito,

cuántas veces he colgado

sin exhalar un suspiro!.

Otra noche que se va,

y yo lejos de tu abrigo,

soñando volver un día

por tu camino perdido,

mientras se pasa la vida

dudando de si he existido.

Versos de otros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora