CLXXXII

2 0 0
                                    

Mi vida pende de un hilo,

y sin embargo, lo siento,

esa fuerza que me arrastra

a convertirme en eterno.

Mujer, ¿sabes el camino

en la noche de los tiempos?,

vive en ti toda la luz

que me lleva a los comienzos.

¡Cuántas noches perseguí

los secretos de tu cuerpo,

hasta perder el sentido

por todos sus recovecos!.

Todo lo que yo te di

mil veces me lo ha devuelto

tu vientre fecundo, fértil,

y de ti todo lo espero.

Esas pequeñas personas

que tu cuidas con esmero,

serán testigos un día

de todos nuestros esfuerzos.

Ellos te llamarán madre,

y evocarán tus recuerdo,

cuando llegado el momento

partamos de ellos tan lejos.

Pero no tengamos prisa,

pues son aún tan pequeños.

Versos de otros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora