XCIX

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Como un barco a la deriva,

antes de ti, era mi vida,

un querer y no poder,

una batalla perdida.

Yo vivía para el hoy,

buscaba la flor de un día,

no esperaba que mañana

a mi vida llegaría.

Entonces llegaste tú,

con tu risa, tu alegría,

y me hablaste de esas cosas

en las que ya no creía.

Me acostumbre a tu persona,

a tu llegada imprevista,

al perfume de tus besos,

al tacto de tus caricias.

La cantidad de universos

que tras tu mente dormían,

dulces sueños que vivir,

sin más, en tu compañía.

Quisiera tenerte en mi noche

y mientras la luna brilla,

con mis manos, con mi ser,

recorrer tu anatomía

hasta llegar al lugar

que me invita a la agonía.

Versos de otros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora