CLV

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Aquí estuvieron tus manos,

en este cuerpo cansado,

tú curaste mis heridas

en aquel largo verano,

mi corazón se negaba

a despedir el pasado,

se aferraba a los recuerdos

de un viejo tiempo dorado,

sin atreverse a mirar

la luz en tus ojos claros,

ellos me dieron la paz,

me trajeron el descanso,

en tus ojos aprendí

que todos somos pedazos,

vamos dejando detrás

el eco de mil abrazos,

gente que viene y va

sin rumbo fijo marcado.

Recuerdo la noche fría

anterior a tus cuidados,

yo jugaba con la muerte

a sucumbir en sus brazos,

entonces llegaste tú

y me preguntaste algo,

yo me quede sin hablar

y tú besaste mis labios.

Versos de otros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora