XCVII

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Hay un tiempo y un lugar

que pervive en mi memoria,

viejos momentos robados

al olvido de mi historia.

Son los momentos de ti,

son nuestras pequeñas cosas,

las largas noches de fiesta,

el correr raudas las horas.

Íbamos sólo de amigos

sin cadenas y sin bodas,

estar contigo era así,

sencillo, sin luz ni sombras.

Hubiera vivido un siglo

así, de la misma forma,

hasta que un día llegó

la vida con una escoba,

te marchaste de mi vida

sin recados y sin notas,

entonces me sentí triste

sin entender mi zozobra,

hasta unos años después

cuando conocí a Mariola,

y aunque nunca se lo digo

mi mente te rememora,

sobre todo en esos días

que mi paz se desmorona.

Versos de otros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora