CLXXXIV

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Cuéntame aquella mentira

que me contabas entonces,

vuelve a decirme de nuevo

aquellas palabras ocres.

Mas por mucho que lo intentes

no volverán los temblores,

ni los miedos, ni las dudas

de los pasados amores.

Yo no sé como decirte

que nos hacemos mayores,

y las heridas pasadas

curan de nuevos errores.

Ya no somos lo que fuimos,

pasan los tiempos veloces,

y no volverán los días

de los pasajeros goces.

Te vas y ya no me importa,

ya conozco tus reproches,

y no lograrás calmarme

con tus llantos y tus voces.

Ya sé que no debería

ser una estatua de bronce,

pero tú sabes, muñeca,

que el dolor que no corroe

hace a los seres más fuertes

a los viejos sinsabores.

Versos de otros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora