No necesito palabras
en un trozo de papel,
no necesito de iglesias
que me obliguen a querer.
Me basta con verte quieta
donde termina mi piel,
con extender una mano
y poderte recorrer.
Amar es un ejercicio
cuyas reglas yo no sé,
las aprendo cada día
cuando me acerco a tu ser.
No te pido mil promesas,
ni renegar de tu fe,
me basta con que te guste
ver juntos anochecer,
con que me cuentes despacio
las migajas del ayer.
A cambio yo buscaré
rincones donde querer,
donde tú serás la reina
y pondré el mundo a tus pies.
No te prometo riquezas,
ni palacios de oropel,
pero sentirás mi mano
aunque a tu lado no esté.

ESTÁS LEYENDO
Versos de otros tiempos
PoetryEstos poemas nacieron durante mi estancia en Madrid de unos siete años, por motivos de trabajo, tratan de cosas que pasaron, de otras que pudieron pasar y de algunas que imaginé.