Lejanas suenan las voces
en el medio de la noche,
cuando la ciudad se duerme
bajo la luz de neones.
Es entonces cuando busco
lo que en tu cuerpo se esconde,
tú, mujer, tienes la llave
que desborda las pasiones,
en ti encuentro sin cesar
nuevos mundos, nuevos dones.
Quiero recorrer tu cuerpo,
hasta saber sus regiones
como el dorso de mi mano,
como las viejas canciones.
La religión debe ser
perderse por tus rincones,
susurrar en tus oídos
palabras que te emocionen.
Todo lo que tengo fue
un pedazo de horizonte,
cuando a tu lado no esté
llévame de polizonte,
yo seré feliz viviendo
en un miserable sobre,
en un rincón olvidado
en el que suene tu nombre.
ESTÁS LEYENDO
Versos de otros tiempos
PoésieEstos poemas nacieron durante mi estancia en Madrid de unos siete años, por motivos de trabajo, tratan de cosas que pasaron, de otras que pudieron pasar y de algunas que imaginé.