Dulces tardes de domingo
al arrullo de tus besos
en la vieja discoteca
de nuestros tiempos primeros.
Éramos sólo dos niños
con terror a los espejos,
persiguiendo la quimera
del viejo y eterno juego.
Tú con tus medias de seda,
yo con aquel traje nuevo,
buscábamos las palabras
con que llegar a querernos.
Así se nos fue la edad
de los más dorados sueños,
antes de ser absorbidos
por este mundo imperfecto.
Ya no te busco en lo oscuro
como en los pasados tiempos,
te has convertido en la luz
que ilumina mis momentos,
en tu cuerpo de mujer
he perseguido mi cielo,
pero a veces miro atrás,
a tardes que se perdieron,
y me pregunto si somos
felices o nos lo hacemos.
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Versos de otros tiempos
PoesíaEstos poemas nacieron durante mi estancia en Madrid de unos siete años, por motivos de trabajo, tratan de cosas que pasaron, de otras que pudieron pasar y de algunas que imaginé.