CXLVI

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Besos que no volverán,

promesas que llevo el viento,

eso me queda de ti

en esta tarde de invierno.

¿Por qué nos dejan soñar

si al fin todo lo perdemos?,

al nacer se nos condena

a permanecer un tiempo,

pero nadie nos avisa,

a bordo de este velero,

de que tras tardes azules

y madrugadas de ensueño,

habremos de ver partir

nuestros dulces compañeros,

y por cada uno que marcha

un puñado de recuerdos.

Esa losa que hoy contemplo

contiene sólo su cuerpo,

yo vi brillar esos ojos,

rivalizar con el cielo,

tantas palabras de amor

esos labios me dijeron,

tantas tardes las gasté

explorando sus secretos,

para terminar los dos

uno fuera y otro dentro.

Versos de otros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora