CXVIII

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Ahora que quedan lejos

nuestros infantiles juegos,

que los amigos que fueron

por el mundo se perdieron.

Ahora que nos perdemos

en laberintos de espejos,

que son tan leves los duelos,

que tú llegas si te espero.

Ahora que por tu cuerpo

poso despacio los dedos,

que ya nada te prometo

ni lanzo gritos al viento.

Ahora que toco el cielo

cuando digo que te quiero,

que saben dulces los besos

y no te persigo en sueños.

Ahora que los celos

entre tus brazos murieron,

que no duelen los recuerdos

porque tú ya no estás lejos.

Ahora que ya no hay fuego

en los furtivos veleros

donde mis sueños durmieron,

ahora que desespero

en los lugares aquellos

donde gasté tanto tiempo.

Versos de otros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora