He nacido en estas calles
donde tú eras la princesa,
la más guapa de la clase,
entre todas la primera.
Todos te pronosticaban
una gloria casi eterna,
pero luego me enteré
de que te llevó la pena.
Confiaste tu corazón
sin pensar con la cabeza,
que las palabras de amor
es el viento quien las lleva,
y es muy fácil prometer
para aquel que nada espera.
Y aquel hombre como vino
se marchó por primavera,
buscando otras florecillas,
desechando la más bella.
Entonces te abrió los brazos
un hombre de unos cuarenta,
tú apenas tenías veinte
y la historia de una afrenta.
Con sus caricias maduras
buscaste cambiar tu estrella,
convertida en la madrastra
en lugar de en cenicienta.
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Versos de otros tiempos
PoetryEstos poemas nacieron durante mi estancia en Madrid de unos siete años, por motivos de trabajo, tratan de cosas que pasaron, de otras que pudieron pasar y de algunas que imaginé.