LIV

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Llevo una carga de siglos

sobre esta espalda cansada,

soy la voz de los que fueron

antes de que fuera nada.

Por mis venas corre, rauda,

la sangre que se derrama

por las tierras de Castilla

desde mi niñez lejana.

¡Mujer, ábreme la puerta!,

llevo sobre mis espaldas

una carga que tan solo

para ti está reservada.

En ti viven las legiones

de seres que me acompañan,

a través de tu persona

a la vida se atenazan.

No me mires con reparo,

no me digas que me vaya,

sólo tú tienes la llave

de la vida que se escapa.

En ti está la primavera,

la promesa de un mañana,

todo lo que da a la vida

dulces luces de esperanza,

en ti reside el olvido

de la pena más amarga.


Versos de otros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora