XXXVII

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Como en los primeros días,

así son estos momentos,

cojo despacio tu mano

y en el mundo nos perdemos.

Por entre calles y plazas

los dos lentos nos movemos,

queriendo cazar sin red

las imágenes al vuelo.

A tu lado tembloroso,

como en los primeros tiempos,

tratando de discernir

lo que guardan tus adentros.

Te pareces otra vez,

en cada pequeño gesto,

a la del tiempo que fue

más dichoso en mi recuerdo.

Amo en ti a tantas mujeres

que surgieron de tu seno,

que ya no acierto a saber

que amor es el verdadero.

Tú me has dado tanto, tanto,

que me siento tan pequeño,

cuando como un fugitivo

me aproximo hasta tu lecho,

tratando de descifrar

en ti el eterno secreto.


Versos de otros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora