CXXXVII

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La vieja senda de ayer,

el camino de los dos,

¿cuántos veranos pasaron

testigos de nuestro amor?.

Por estos mismos senderos

yo palpé tu corazón,

y mendigaba tus besos

mientras te daba una flor.

Por estos mismos parajes

mi juventud se marchó,

con la ilusión de tenerte

llegado el último adiós.

La de sueños que forjé

en ese tiempo que huyó,

todos ellos para ti,

soñaba playas con sol,

atardeceres lejanos,

un nuevo mundo mejor.

Ya nada queda de aquello,

no suena nuestra canción,

nadie acompasa mi paso,

es todo desolación.

¿Qué será de aquellos días

que la vida nos unió,

habrán existido acaso

o mi mente los soñó?.

Versos de otros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora