CLXXXI

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Surges como la esperanza

de la noche más profunda,

yo que ya nada esperaba

en este vagar a oscuras.

Tus besos saben a miel

y disipan tantas dudas,

tantas veladas en vela

en las sábanas de espuma.

Si supieras cuantas veces

he navegado entre brumas

buscando ver sentimientos

en el corazón de alguna.

Tú eres una brisa suave

que todas mis penas cura,

contigo yo vuelvo a ser

un corazón con holgura.

Hasta ti, todas han sido,

veredas en la llanura,

tuviste que venir tú

para traer la cordura.

No te vayas en la noche,

amor, no me dejes nunca,

porque no sé si podría

sufrir la verdad desnuda

de una mañana sin ti,

de un mundo sin tu figura.

Versos de otros tiemposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora