Gianluca soltó su mano y empezó a caminar delante de ella. Amanda seguía sin poder creerlo, ese había sido uno de los mejores días de su vida, mejor dicho, el mejor día de su vida. Si tan sólo Gianluca no se hubiera portado tan pedante, si no le hubiera recordado por qué decidió cerrar un ciclo y comenzar una vida nueva. Caminó detrás de Gianluca hasta donde estaban Piero e Ignazio, iba cabizbaja sin entender bien qué pasaba.
-Amanda, ¿qué pasa? –Le preguntó Martina a gritos. Ella seguía muy metida en su mundo. –La verdad es que a este paso voy a creer que estás loca de remate.
Martina estaba en la alberca, se veía completamente prefecta, su cabello castaño y largo brillaba con los rayos del sol, su piel era como la porcelana, blanca y delicada, sus ojos hipnotizaban a cualquiera y su voz, su voz era un canto celestial. A Amanda le dieron celos, como si fuera la rival perfecta entre Gianluca y ella, más bien como si en verdad pudiera existir tal rivalidad. Amanda perdería de todas formas, no era tan hermosa comparada con Martina.
-¡Amanda, Amanda! ¡Amanda! ¡Hazme caso por primera vez! -La salpicó llamando su atención.
-Perdón Martina, es que en serio no tengo cabeza. Me distraje un poco. –Amanda se secó una gota que cayó en su frente.
-¿Un poco?, está bien que te traje a ésta playa a distraerte, ¡pero no para que me ignores!
-Pues... –Comenzó a hablar. -Gian me dijo...
-¿Me hablaban? –Gianluca interrumpió.
-¡Mi amor, ven! ¡Quédate conmigo, anda! –Martina gritó llamándole.Gianluca volteó a ver a Amanda, de pronto se quitó la playera y de un clavado ingresó al agua salpicando todo alrededor. Martina empezó a buscarlo con la mirada, cuando Gianluca salió de la profundidad salió en las espaldas de la misma, la rodeo con sus brazos. Martina acarició a Gianluca por la mejilla, posó sus dedos en los rizos que estaban junto a su oreja y ambos quedaron frente a frente, Amanda estaba observando la escena, confundida. No sabía si reírse o meterse también. Martina y Gianluca se plantaron un beso apasionado, pareciera que se fusionaban en uno sólo. Amanda arrojó su celular al agua y se echó a correr.
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Mis manos necias
RomanceA golpes la vida siempre te pone en su lugar. Sin importar el sentimiento la naturaleza siempre proclama justicia, y poco a poco se cobra todas y cada una de las acciones que hayas realizado. Karma. Cuando la vida da, la vida quita. Es irónica. Prob...