A fuego lento

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            Despacio Amanda abrió la puerta del baño, sacó con temor su mano extendida. Gianluca puso su calzón sobre ella. Amanda rápidamente metió la mano y azotó la puerta frente a la cara de Gianluca. Suspiró avergonzada y se giró para recargarse en la puerta, se deslizó para sentarse en el frío piso. Estaba completamente sonrojada, miró sus panties, los arrojó lejos de ella. Aún más avergonzada se cubrió la cara con ambas manos.
Al azotarle la puerta a Gianluca en la cara éste dio media vuelta, adelantó un paso, se detuvo en seco, despacio caminó para atrás, se recargó en la misma puerta y de la misma manera que Amanda se deslizó hasta sentarse.
Era una imagen única, los dos ahí, sentados como en un espejo, pensando uno en el otro, con la puerta de testigo de un amor que crecía a fuego lento.


Mis manos neciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora