Yogui

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            El tiempo pasaba volando, sentados en un par de columpios Gianluca y Amanda pasaban la tarde tratando de no pensar en su vida real.
-Bueno y a todo esto ¿en qué piensas trabajar?
-Pues, como fotógrafa hay un campo de trabajo más amplio: casas editoras, casas de publicidad, no sé, aún no termino la carrera.
-¿Eres buena?
-Depende de tú como lo veas, si quieres un día te enseño mis trabajos, estoy haciendo un Book.
Gianluca la miró detrás de sus gafas de sol y con una franca sonrisa le contestó:
-Me encantaría.
Sin intención de jugar Gianluca comenzó a mecerse en el columpio, Amanda hizo lo mismo que él sintiendo el viento en la cara. Cerró los ojos, el canto de los pájaros era un fondo musical inigualable. Gianluca buscó su mano en el aire, la encontró, así las entrelazaron al tiempo que se mecían, la apretó fuerte y algo en el interior la hizo reír.
-Dame un motivo para recordar este momento para siempre, quiero guardarlo en mi corazón. –Amanda aún seguía con los ojos cerrados.

-When you ever feeling lonely and love's get you down hear the beat in whispers of my heart I know you've come around... –Él sólo cantó.
Al tiempo que cantaba aún con sus manos entrelazadas y sus ojos cerrados un hueco en el corazón de Amanda ensombreció su rostro y la llenó de dudas. ¿Qué pasaba? Algo en ella no le hacía sentir del todo bien, lo sabía, presentía algo. Él la iba a dejar.
-No puedes perder lo que no es tuyo, -pensó Amanda en ese momento-, ¿qué es este sentimiento?, ¿qué es este miedo? Quizá es que tengo que enfrentar mis problemas, solucionarlos ya, Gianluca y yo.... no.
-Ven, vamos a caminar.
Aun agarrados de la mano caminaron por el pasto, Amanda decidió quitarse los zapatos y andar descalza sintiendo el frío revitalizante en sus pies, Gianluca hizo lo mismo que ella, al principio la miró extrañado pero después se animó al verla más tranquila.
-Jamás había caminado descalzo en un parque.
-Deja de verlo así, no hay nadie que pueda observarnos. No es un simple parque, es conectarte con la naturaleza, es llenarte de energía y buena vibra.
-¿Eres espiritista o algo por el estilo? –Él bromeó.
-No, tengo una única religión y es la católica, pero mis raíces me llevan a mirar más allá de lo evidente, a creer en un karma y a abrir los ojos a una mejor calidad de vida. El dar a la naturaleza y recibir algo a cambio.
-¿Qué practicas?
-Todo y a la vez nada, practico Yoga para relajarme, además de que es un buen ejercicio...
-Se nota -Dijo interrumpiéndola y mirando su trasero.
-Eres un tonto –soltó en una tímida carcajada.

Amanda le dio un pequeño puñetazo a Gianluca en el brazo, éste la agarró y comenzó a hacerle cosquillas. Un juego divertido y coqueto, propio de enamorados, ambos reían sin parar, conectándose en una química inigualable. Amanda volteó y agarrando a Gianluca por el cuello lo besó, cada beso era un sabor diferente, cada uno más adictivo que el otro; Gianluca la cargó entre sus brazos y aun besándola la recargó en una resbaladilla. Ella recordó el primer beso con Ignazio, tan iguales pero tan diferentes al mismo tiempo, si le preguntaran cuál de los dos le había gustado más los volvería a besar a ambos una y otra vez para decidirse. Dos besos diferentes, dos intenciones diferentes, dos sentimientos encontrados... Francis y la vez del carro, el cosquilleo en su entrepierna se hizo latente, se sentía excitada pero con el recuerdo de Francis, sus sentimientos por Ignazio y su amor por Gianluca.


Mis manos neciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora