Camino en la obscuridad

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            Piero regresó con una toalla y una camisa, al olerla Amanda supo que era de él, pero para no hacer otra grosería la aceptó y se la puso. Le quedaba algo grande pero era eso o nada. Piero se acercó al oído de Francis y murmurando algo le comentó, Francis se disculpó y ambos dando media vuelta se dirigieron hacía unos amigos. Amanda volteó a ver a Ignazio y éste con los brazos cruzados le regaló media sonrisa iluminando el resto del día.

-¿O sea que no aceptaste mi playera pero si una cita con el señorito Barone? –Pequeños e inocentes celos aparecieron en él.
-Perdona Igna, pero tampoco quería que tú pasaras fríos.
-No, ahora estoy muy indignado. –Volteando la cara le hizo una mueca para suspirar.
-¡No! Es verdad. Perdona. ¿Qué puedo hacer para recompensarlo?
-Mmmmmmmmm... –Por instantes Ignazio meditó.

Amanda volteó a ver a los enamorados, quienes con un beso le dieron la respuesta de lo quería hacer en ese momento.

-Igna, sácame de aquí. –Susurró con un nudo en la garganta. –Te lo suplico.
-Ven, vámonos pues.

Caminaron de la mano hasta su coche. Era un BMW negro, Ignazio abrió la puerta con caballerosidad y Amanda tomó asiento, después él subió por la otra puerta y arrancó el auto. Tras media hora de camino el cielo obscureció, Ignazio posó su mano derecha en la que ella tenía libre y con un ligero apretón le preguntó lo sucedido. Amanda no pudo evitarlo más, soltó su mano y cubrió su cara comenzando a llorar.

-Soy una verdadera estúpida Igna. -Sorbiendo por la nariz. –Tan sólo me bastó un minuto para enamorarme y tardó un segundo para destrozarme la vida.
- Amanda, ¿qué te puedo decir? No es tu culpa, ni la de él. -Volteó a verla.- Sí tan sólo hubieras llegado un poco antes a su vida Gianluca no estaría ahora con Martina.
-¿Gianluca? ¿Cómo te diste cuenta? -Preguntó angustiada bajando las manos de su cara. -¿Soy tan obvia?
-No Amanda, no es que seas obvia, sólo es cuestión de pensar. La manera en la que lo ves, el porqué de un momento a otro te apagaste. –Al escuchar esto Amanda cerró los ojos deteniendo al mundo, el silencio, las luces, todo se apagó....


Mis manos neciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora