*Meses después*
Un día más tachado. Amanda comenzaba a preocuparse.
-Mon ami, ¿qué opinas? ¿El rojo o el azul? –Romina entró danzando con un par de vestidos en las manos.
Romina lucía su espectacular cuerpo en ropa interior. En cada mano traía un vestido y lo colocaba frente a su cuerpo contoneándose y haciendo poses sexies frente al espejo. Miraba a Amanda de reojo. Le preguntaba con la mirada.
-Mon ami, ¡con ambos luces espectacular! –Amanda estaba sentada en su cama, divertida con las poses de Romina.
-Sabes que Dave es muy especial para mí. No sólo debo lucir espectacular, debo estar perfecta para él –dijo sentándose en la cama aún en ropa interior.
-Romi, Dave te ama. Te ama. Para él eres perfecta.
-Me da miedo. No confío en esas cosas del amor. Creo que no te he contado, –Se giró hacia la ventana-, hace unos cuantos años anduve con el amor de mi vida. Él era un artista, yo era muy joven.... En fin, ya. El caso es que no creo en el amor.
-¿Qué pasó con él? –Amanda sabía de quien hablaba. Quería saber más.
-Él nunca más volvió a buscarme. Pasé años sin saber de él. Solamente fui su juguete, su amor de cama.
Gianluca le había dicho otra historia. ¿A quién le creería, a él o a su ahora mejor amiga?
-¿Aún lo amas? -Tenía que hacer esa pregunta.
-La verdad es que no. Ya no. En su momento fue mi mundo entero, incluso hice cosas locas, ya sabes, adolescente. Hice todo por él, hasta viajé a Italia para conocer a sus padres. Es un cuento, una novela, no sé.
-Romi, hay algo que tengo que decirte. –Amanda la miró con timidez.
-¿Qué pasa mon ami?
-Yo sé quién eres.
-¿De qué hablas? -Romina la miró dubitativa.
-Te vi en El Presidente, con él.
El semblante de Romina cambió en un instante. Quizá Amanda tocaba fibras muy delicadas.
-Soy su fan. -Miró al suelo.
-Tú eres "María" del Auditorio Nacional ¿verdad? –Romina hizo una media sonrisa en su rostro.
-Sí. Yo era "María".
-¡Sabía que te había visto en algún lado! ¡Qué pequeño es el mundo ¿no crees? –Romina se levantó de pronto con las manos al cielo. En verdad estaba asombrada.
Amanda suspiró para decirle toda la verdad, ya iba a confesarlo cuando el celular de Romina sonó. Dave pasaría por ella en media hora. Realmente la "Romina" que había idealizado era otra. Gianluca le había mentido de nuevo. Pero no podía ser cierto, lo vió Amanda en sus ojos, ¿y si a él lo había engañado? Ya no podía defenderlo.
Cuando Romina salió y Amanda se quedó en completa soledad en medio de aquel departamento, se asomó a la ventana asegurándose de estar sola. Agarró la pequeña caja y se encerraste en el baño. Miles de recuerdos pasaban por su mente. De pronto estaba en aquel concierto, gritando emocionada por tenerlos cerca, de pronto ya estaba recostada en el césped de la mano de Gianluca. La vida había pasado sin pedir disculpas, hizo lo que quiso con ella, con sus emociones. No podía creer todo lo antes vivido, cuando conoció a Piero, cuando Ignazio la tiró a la alberca. Entrar a su casa y ver en ella a Ignazio que iba por ella, acariciar la tersa piel de Gianluca, besar sus labios, enredarse en su olor. Tantas palabras convertidas en promesas que hoy ya no significaban nada, absolutamente nada. Y de nuevo Amanda abrió los ojos para verlos cantar, para tener en frente a Gianluca cantándole 'María', para sentir el calor de Ignazio, para oír la voz de Piero.
-Amanda, ¡abre la maldita puerta carajo! –Romina llevaba gritando bastante tiempo y Amanda no reaccionaba.
-Estoy bien Romina -sacudió sus pensamientos. –Estoy bien.
-No, no estás bien. Ni siquiera me habías escuchado. Estás llorando. ¡Abre la puta puerta ahora!
Amanda abrió con brusquedad la puerta. Estaba completamente destrozada. Su cara hinchada y arañada, el rímel negro que goteaba en su barbilla. Abrazó a Romina con fuerza, berreando de coraje, de miedo, de tristeza. Poco a poco ambas se deslizaron hasta el suelo. Romina nunca la soltó, cada vez la apretaba con más fuerza. No la iba a dejar sola.
-¿Qué pasa? –Lloraba ella también. -¡Dime qué te pasa! ¡Necesito ayudarte!
-¡Estoy embarazada!
ESTÁS LEYENDO
Mis manos necias
RomanceA golpes la vida siempre te pone en su lugar. Sin importar el sentimiento la naturaleza siempre proclama justicia, y poco a poco se cobra todas y cada una de las acciones que hayas realizado. Karma. Cuando la vida da, la vida quita. Es irónica. Prob...