Ignazio estaba muy pensativo, miraba el paisaje que pintaba el ventanal del tren de regreso a Roma, aunque el iPod tocaba su canción favorita, Ignazio sólo escuchaba sus pensamientos. Sonó su celular.
"From: Amanda
Te voy a matar!!!!!
Llegando a casa hablamos... -.-'
Te odio IGNAZIO!"
-¡Ay cara mia! Sí supieras cuánto te quiero. –Dijo Ignazio tras exhalar un gran suspiro.
Ignazio agarró su iPod, sacó un libro cuyo título por casualidad era el favorito de Amanda, "Karma, mi amor". Justo cuando se decidía a leer sonó su celular de nuevo, una llamada.
-Ciao Piero ¿Qué pasa? –Contestó al primer timbrazo.
-Quería hablarte en la semana, pero con Mariagrazia en casa he estado muy ocupado. Tenemos que hablar. ¿Por qué no me dijiste que Gian aún no sabía nada?
-¿Nada de qué?
-De Amanda. ¿Estás en casa?
-No, voy en el tren. Vengo de Abruzzo, te veo en el café en treinta minutos, ya estoy por llegar.
-Ok, te veo allá.
"El Café" era su sitio favorito para platicar, escondido en uno de los callejones más pintorescos de Roma, el propietario del lugar era uno de los vecinos de Piero, un viejo bonachón que les intercambiaba la cuenta por fotos autografiadas. Su sobrina había salido en 'citas' con Piero, pero esa ya es otra historia.
-...y aquí está su expresso Señor Boschetto. –Dejó aquel hombre una pequeña taza de café caliente.
-Gracias Luciano, al rato nos traes las tartas.
Luciano hizo una reverencia, dio media vuelta y entró a la cocineta. Piero se peleaba con la crema batida, tratando de pescar las chispas de moka de su frappé.
-¿Por qué no le dijiste a Gianluca que ya vivías con Amanda?
-Se lo dije, fue a mi casa al otro día que llegamos, se encontró con Amanda y Francis en la entrada.
-Pues eso no fue lo que me dijo a mí, muy seguro estaba que habías regresado con Antonella...
-Ya no la menciones, es pasado. –Se detuvo un segundo a pensar. –Ahora entiendo porque me dijo que yo merecía ser feliz.
-Si no lo eres es porque no quieres. –Piero señaló a Ignazio.
Ignazio sorbió un poco de café, aún estaba caliente.
-Ya es muy tarde para serlo... -Se veía triste.
-Francis y tú son mis hermanos, hemos crecido juntos. Me hubiera gustado verlos felices a los dos, a los tres contando a Gianluca... pero ninguno contábamos que se enamorarían de la misma chica.
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Mis manos necias
RomanceA golpes la vida siempre te pone en su lugar. Sin importar el sentimiento la naturaleza siempre proclama justicia, y poco a poco se cobra todas y cada una de las acciones que hayas realizado. Karma. Cuando la vida da, la vida quita. Es irónica. Prob...