-¿Me esperas aquí? Voy a pasar al baño. –Amanda le dio a Ignazio sus cosas.
-No tardes, ya han de estar por nosotros.Caminó al sanitario, adentro estaba una chica acomodando su cabello, colocando un moño, observando su figura en el espejo. Se puso a su derecha en el lavamanos, mientras lavaba sus manos Amanda la observaba, ella a Amanda. Suspirando se recargó posando ambas manos y agachando la cabeza, de su cuello colgaba la mitad de un corazón plateado, con la letra P grabada pero no era una P cualquiera, era una caligrafía muy singular.
-Permiso... -dijo en español mientras cruzaba frente a Amanda para agarrar jabón.
-¿Mexicana? -sonreíste tras el espejo.
-Sí, bueno no de nacimiento, pero sí... mexicana.
-Yo también soy mexicana, mi nombre es Amanda, mucho gusto.
-Hola Amanda, yo soy Maya, bueno me llamo María pero mis amigos me dicen Maya.
-Y ¿qué haces aquí Maya? ¿Vienes a estudiar?
-Pues en sí estoy de paso, el plan de mi hermano es estudiar en Barcelona, vamos a estar 15 días aquí y después empezar una nueva vida -Suspiró.- ¿Y tú?
-Yo, yo si voy a estudiar aquí, de hecho voy a vivir en casa de un "amigo", –dijo aquello con un tono de ironía- pero bueno, me dio mucho gusto conocerte. Me están esperando.Se despidieron con un abrazo. Amanda salió del baño mirando el suelo, dio unos cuantos pasos y alguien la abrazó por detrás cargándola por la cintura, Amanda se asustó. Reconoció de inmediato ese olor, esa risa, ese alguien quien comenzó a dar vueltas con ella en brazos, Amanda no pudo ocultar su felicidad.
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Mis manos necias
RomanceA golpes la vida siempre te pone en su lugar. Sin importar el sentimiento la naturaleza siempre proclama justicia, y poco a poco se cobra todas y cada una de las acciones que hayas realizado. Karma. Cuando la vida da, la vida quita. Es irónica. Prob...