Quebrado

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En el estacioamiento Francis y Piero estaban recargados en el Beetle rojo, los demás venían caminando y Amanda claramente alcanzó a escuchar:

-¿Estás seguro que era ella?- Francesco preguntó a su hermano.

-¿Cómo me preguntas eso? Claro que era ella, desde que la vi en medio del público supe que era ella, la vi salir del baño, la perseguí pero se esfumó. -Respondió Piero.
-Ella está a kilómetros de aquí, seguro ya te olvidó, tú tienes que hacer lo mismo. -Francis tomó del hombro a Piero. -Puede que te la hayas imaginado. Piero se agarró el pecho palpando algo, algo que encontró y estrujó con su mano izquierda.

-Así que ya te leyó las condiciones del contrato. –Piero dejó caer su peso en un sillón. Se encontraban ya en el departamento de Ignazio.
-¿Cuál contrato? –Extrañada preguntó Amanda.
-¡No te asustes! -estalló Piero en una carcajada. -Que si Igna ya te dio las cartas.
-¡Ah! sí, más bien las obligaciones a venir y vivir aquí.

-Mañana paso por ti y comienzan tus clases de manejo. -Francis continuó la conversación.

-¿Mañana? ¿Ya tan rápido?
-El lunes entras a la escuela, yo aún te puedo llevar, pero después de quince días ya no. Yo comienzo a trabajar y mis horarios me lo impiden. -Dijo tomando la pequeña barbilla de Amanda.
-Martina, ¿Gian sabe que estás aquí? -Ignazio cambió drásticamente el tema, estaba un poco preocupado.
-Pues, quiero suponer que sí, ya sabes cómo es Gianluca. -Respondió esta.
-Sigo sin entender como lo consideran un buen amigo, nunca viene. –Francis nunca estuvo de acuerdo en mantener una relación fuera de lo profesional con Gianluca, él era una persona muy complicada y con serios problemas que afectaban a todos a su al rededor.

Amanda se puso de pie.

-¿Gianluca siempre es así? –Preguntó mirando a los demás.
-Gianluca es muy buena persona, pero siempre ha sido reservado, no lo culpo... Con el tiempo aprenderás a tratarlo. -Ignazio la miró. -También es así con Martina ¿o no cariño?
-Al principio me molestaba, -Martina comentó -, pero después me acostumbré. Gianluca casi no está conmigo, es como una relación abierta, pasan días que no se de él. Es como estar sola.
-¿Y eso tú lo permites?
-Te digo, Gian... -Suspiró Martina. -Gian es raro. Siempre ha sido así, para Gian no hay otro mundo que la música, las fans y él, él y sobre todo él... pero así lo quiero.

Ellos siguieron hablando, Amanda mientras tanto se sumergió en sus pensamientos.

-¿Qué hay con todo esto? –Pensó. -Gian no fue lo que me imaginé, juré que era diferente. Ahora lo entiendo todo, porque el rencor de Fran, porque Ignazio y Piero eran tan unidos, porque Martina nunca lo mencionó, porque nunca me di cuenta. Me enamoré de una idea no de una realidad.

Y sintiendo un pinchazo en el corazón, Gianluca poco a poco fue cayendo de su pedestal. El triste corazón de Amanda ya se había quebrado.


Mis manos neciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora